Las grandes productoras, a lo largo de los años, se han encontrado con películas que han implicado que se encuentren con grandes deudas. Cintasen las que volcaron sus esfuerzos y sólo obtuvieron deudas. Pues bien, tenemos que irnos al año 1919, cuando cuatro grandes estrellas del cine, entre las que estaban Charles Chaplin, crearon United Artists, un estudio que buscaba proteger a los “verdaderos artistas”, que se encontraban en Hollywood. Dicha productora apostó, a lo largo de su historia, por jóvenes como eran Sylvester Stallone o Woody Allen, poseían franquicias como la de La pantera roas o James Bond y se arriesgaban y triunfaban con títulos como Cowboy de medianoche o El último tango en París. Por todo esto, decidieron arriesgarse y, en el año 1980, realizan La puerta del cielo, de Michael Cimino, que era el niño mimado de Hollywood, en aquel momento, tras el éxito de El cazador. Pero, todo se fue de mano, ya que el director perdió los papeles: el equipo se encontró con unos planes de rodaje, que eran absurdos, denuncias por maltrato a animales y un presupuesto que se fue de los cálculos y los peores perspectivas se quedaron muy cortas, ya que los críticos, tras ver cuatro hora de cinta, dieron opiniones que dejaron la cinta por el suelo. Tras haber invertido 44 millones de dolares, la cinta sólo recaudó 3, lo que provocó que United Artista acabara en bancarrota y tuvo que ser absorbida por MGM.
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